El diagnostico de fibromialgia es el inicio de un camino hacia la superación, esto incluye a muchas personas que deben colaborar, desde nuestra familia y amigos, hasta los profesionales de la salud, pero al final quien tiene que llevar el timón somos nosotros mismos, esto supone un desgaste emocional por ello hemos recopilado una serie técnicas psicológicas que nos ayudarán a recorrer el camino.
Comprender y aceptar las emociones que nos embargan. Cualquier cambio en nuestro entorno genera emociones, sorpresa, alegría, miedo, o todas a la vez. En el caso de la fibromialgia, el dolor va acompañado de diversas emociones, como son el Miedo: ¿Esto parece grave?, ¿Me quedaré solo? ¿Sobreviviré?, la Confusión:¿Qué me esta pasando? ¿Cómo acabará esto?, la Ira: ¿Por qué me ha pasado a mi? ¿Cómo es que nadie me entiende?, la Frustración: ¿Por qué nada me sale bien?, ¿Qué más me puede pasar, la Culpa: ¿Debería haber hecho las cosas de otra forma?, soy el responsable de lo que me esta pasando. La Vergüenza y humillación: ¿Cómo explico que otra vez no puedo a ir por mis dolores?, Cariño no puedo jugar contigo porque me duelo y tengo que acostarme un rato. Dolor y pena: La vida se me esta escapando. Me siento vacío y solo.
Es fácil dejarse llevar por estas emociones e introducirnos en la espiral de la negatividad y la consecuente perdida del control, por lo que a veces es necesario pararse un momento a reflexionar: ¿De verdad es cierto lo que siento o estoy teniendo un pensamiento exagerado o catastrofista? Normalmente es la sombra de la enfermedad la que habla y boicotea nuestras intenciones de mejora, por lo que hay mantenerse firmes, lo primero es fijarse objetivos asequibles y realista para mejorar la situación en la que vivimos. No dar un paso atrás, si nos planteamos levantarnos todos los días a una hora determinada (realista) luchar por conseguirlo. No abandonar.
Iniciar nuevas rutinas, a partir de ese primer punto, ir incluyendo otras pequeñas rutinas, que vayan estructurando el día y nos den una sensación de seguridad. Un truco interesante es buscar actividades que nos han hecho felices o nos parecían divertidas. Dedicar un rato al día a completar un puzle, cocinar un pastel o leer la prensa, son actividades estupendas para mantenernos activos. El dolor crónico no es solo un problema físico, sino también mental y emocional, por lo que tenemos que actuar en todos ámbitos. También podemos incluir un tiempo al día para llamar a nuestros amigos o familiares. No estamos solos.
Para combatir los pensamientos negativos están los mensajes motivadores. Cuando nos levantemos, podemos decirnos frases que apoyen nuestros retos diarios, algo así como hoy va a ser un día maravilloso, este dolor no podrá conmigo o la ansiedad esta en mi cabeza y por tanto puedo controlarla.
Tener claros nuestros limites, es normal que al principio y guiados por el deseo más que por la realidad, no pongamos metas excesivamente altas. Estamos en una carrera de fondo cuyo mayor riesgo es el agotamiento. Esto lo tenemos que tener claro tanto nosotros como nuestro entorno que puede no entender por lo que estamos pasando y quiera que nos enfrentemos a situaciones que nos superan. Ante seremos claros y les indicaremos nuestras limitaciones.
Supere el miedo a pedir ayuda, es verdad que antes realizaba un montón de tareas que ahora no puede, eso nos hará sentir fatal, pero no podemos hacer como si no pasara, necesitamos ayuda y los nuestros necesitan sentir que pueden participar en nuestra recuperación, dejemos que participen. Los círculos de amistades son importantes, será complicado crear nuevos por lo que es importante no perder los que ya tenemos. Tras superar el reparo inicial y explicarles lo que supone nuestra enfermedad y los mitos sobre el dolor crónico, podremos retornar la relación. Nunca nos sorprendemos lo bastante al comprobar los amigos que tenemos y lo que quieren y pueden hacer por nosotros. Sin olvidar, algo importante, ellos también tienen problemas y nuestro dolor no nos libra de darles parte de nuestro tiempo, escucha o atención. Podemos aportar más de lo que creemos no nos encerremos en el dolor, abramos la puerta a la vida.
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