Los Estilos de Apego: Cómo Afectan Tus Relaciones (¡Y Cómo Cambiarlos!)
Nuestros estilos de apego influyen mucho en nuestras relaciones más cercanas. La idea viene del psicólogo John Bowlby, quien en los años 50 dijo que nuestra forma de relacionarnos de adultos viene de cómo nos cuidaron de pequeños. Esa primera conexión moldea cómo sentimos la cercanía, reaccionamos a los problemas y manejamos nuestras emociones en pareja. Pero ¡ojo! No todo está escrito desde la infancia. Lo que vivimos en la adolescencia y de adultos también puede cambiar nuestro apego.
¿Qué es el Apego?
El apego es ese lazo especial que creamos con quienes nos cuidan. Es vital para nosotros desde bebés. Pero su efecto no se va al crecer. De hecho, seguimos usando esas primeras formas de relación en nuestra vida emocional.
Hay tres tipos principales de apego: seguro, ansioso y evitativo. La buena noticia es que los estudios muestran que estos estilos pueden cambiar con nuestras experiencias, sobre todo cuando somos adolescentes.
Descubre Los Estilos de Apego y Cómo Identificarlos
Apego Ansioso: La Montaña Rusa Emocional
Si tu apego es ansioso, es probable que siempre busques estar muy cerca de tu pareja. Aun así, puedes tener miedo de no ser suficiente, de que te dejen de querer o de que te abandonen.
Las relaciones pueden preocuparte mucho. A veces, interpretas señales normales como si fueran un riesgo de abandono. Y cuando algo va mal, sientes una gran necesidad de arreglarlo. Esto puede llevarte a actuar de forma impulsiva o a exigir más conexión.
Cosas que podrías pensar si tienes apego ansioso:
- “Me preocupa que mi pareja me deje de querer.”
- “Si mi pareja se aleja, me siento inseguro o celoso.”
- “Pienso mucho en mis relaciones.”
- “Me cuesta creer que alguien me quiera de verdad.”
Lo bueno es que, si tu pareja te da seguridad y estabilidad, este apego puede mejorar. El amor seguro es real y puede ayudarte a dejar la ansiedad y a tener relaciones sanas.
Apego Seguro: La Base Firme
Quienes tienen un apego seguro se sienten bien dando y recibiendo cariño. No les asusta la intimidad ni la necesitan desesperadamente. Saben manejar bien sus emociones, resolver conflictos y confiar en el otro.
Cosas que podrías pensar si tienes apego seguro:
- “Me siento bien diciendo lo que necesito.”
- “Una discusión no es el fin del mundo para la relación.”
- “Confío en que mi pareja y yo podemos resolver los problemas.”
- “Puedo estar solo o acompañado y me siento completo.”
Este apego se forma cuando, de niños, nuestros cuidadores fueron atentos y constantes. Pero también puedes desarrollarlo de adulto, al vivir relaciones seguras y positivas, como con una pareja estable o con la ayuda de un terapeuta.
Apego Evitativo: ¡Quiero Mi Independencia!
Si te identificas con el apego evitativo, probablemente valoras mucho tu espacio. La cercanía emocional excesiva te incomoda. Aunque quieras una relación, si se vuelve muy íntima, sentirás ganas de alejarte.
A menudo, las personas con este apego minimizan sus emociones. Evitan hablar de cosas profundas o incluso dejan relaciones antes de que se pongan muy serias.
Cosas que podrías pensar si tienes apego evitativo:
- “Prefiero no depender de nadie.”
- “Me asusta sentirme atrapado en una relación.”
- “Si alguien quiere más cercanía, me incomoda.”
- “Cuando mi pareja se aleja, siento alivio.”
El problema no es ser independiente, sino el aislamiento que puede traer este patrón. Aunque suene raro, para ser realmente autónomo, necesitas aprender a confiar en otros sin miedo a perderte a ti mismo.
¿Y si tengo un poco de todo?
¡Es normal! Nadie encaja perfecto en un solo tipo. Los estilos de apego son solo formas de ser, no etiquetas fijas. Además, pueden cambiar con el tiempo y lo que vives.
También existe un cuarto tipo, menos común: el apego desorganizado o mixto. Este mezcla cosas del apego ansioso y el evitativo. Lo tienen pocas personas y suele venir de experiencias difíciles o traumáticas en la infancia.
¿Por qué es bueno saber tu estilo de apego?
Entender tu apego te ayuda a responder preguntas clave como:
- ¿Por qué me siento así en esta relación?
- ¿Estoy repitiendo viejos errores?
- ¿Qué tipo de personas me atraen y por qué?
- ¿Qué necesito para tener una relación más sana?
Saber esto también es muy útil en terapia. Te ayuda a poner límites, hablar mejor con los demás y elegir relaciones que te hagan bien, en lugar de desgastarte.
Un dato interesante sobre los estilos de apego:
- Casi la mitad de la gente (50-55%) tiene un apego seguro.
- Otro 25% es evitativo.
- Un 20% es ansioso.
- Solo un 3-5% tiene el apego mixto o desorganizado.
¡Sí, puedes cambiar!
Nuestras formas de apego no son para siempre. Se pueden cambiar. Las relaciones seguras —ya sean de pareja, de amistad o en terapia— tienen el poder de transformar cómo vemos la intimidad y las conexiones.
Como dijo el psicólogo Amir Levine: «Depender de alguien de forma saludable es lo que nos permite volvernos verdaderamente independientes.» Amar bien no es perderte en el otro, sino sentirte tan seguro que puedes ser tú mismo, con tus vulnerabilidades, sin miedo a que te hagan daño o te dejen.
Así que, si sientes que siempre caes en los mismos patrones en tus relaciones, entender cómo amas es el primer paso para un cambio real y duradero: ¡aprender a amar mejor!
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