¿Qué son y cómo reconocer los ataques de pánico?
Los ataques de pánico son crisis de ansiedad muy intensas que pueden generar una sensación de pérdida de control o incluso de muerte inminente. Cómo reconocer y gestionar los ataques de pánico desde la psicología debemos primeramente fijarnos en los síntomas más comunes se encuentran:
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Palpitaciones
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Dificultad para respirar o sensación de ahogo
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Hiperventilación
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Temblores
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Mareo o sudoración excesiva
Debido a esta intensa activación fisiológica, muchas personas confunden un ataque de pánico con un infarto.
¿Por qué ocurren los ataques de pánico?
Las crisis de ansiedad tienden a aparecer en personas con ciertos rasgos de personalidad, como el perfeccionismo, la rigidez emocional o la baja autoestima. También pueden surgir en momentos de alta carga emocional, como:
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El duelo por la pérdida de un ser querido
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La pérdida de empleo
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Una crisis vital o existencial
En estos casos, la ansiedad se retroalimenta y en consecuencia, puede volverse cada vez más intensa si no se trata adecuadamente.
¿Por qué es importante tratar los ataques de pánico desde la psicología?
La ansiedad es una manifestación emocional que tiene una raíz profunda. No aparece de la nada. Los miedos y el malestar que sentimos tienen un significado. Son una forma que tiene nuestra mente y cuerpo de expresar que algo no está bien.
Las crisis de ansiedad a menudo aparecen cuando debemos tomar decisiones importantes o cuando sentimos que nuestro mundo se tambalea. Incluso pueden surgir por la sensación de no estar viviendo la vida que deseamos.
Técnicas para Controlar los Pensamientos Ansiosos
Vive el presente
Concéntrate en lo que estás haciendo. Evita que tu mente divague hacia pensamientos negativos.
Redirige tu imaginación
Bloquear pensamientos negativos puede ser difícil. En su lugar, imagina algo positivo: el mar, un lugar que te guste o aquello que deseas alcanzar.
Usa mantras positivos
Frases como “Todo va a salir bien”, “Esto es solo ansiedad”, o “No estoy en peligro” pueden ayudarte a recuperar la calma.
Cambia la perspectiva
Mira la situación desde fuera, como si le estuviera ocurriendo a otra persona. Prueba a tomar distancia te ayudará a ver con más claridad.
Mantén la mente ocupada
Finalmente recuerda, que en un contexto de ansiedad, ante todo, hay que evitar que tu mente se quede sin tareas.En su lugar, intenta realizar actividades sencillas y agradables que te distraigan, después de todo, la ansiedad esta en tu mente,
Con práctica y constancia, estas técnicas pueden ser herramientas muy útiles para enfrentar los momentos más difíciles.
¿Qué pasa si ignoramos los síntomas?
No atender estos mensajes emocionales puede derivar en problemas más serios como:
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Fobias
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Obsesiones
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Trastorno de ansiedad generalizada
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Depresión con base ansiosa
Es posible que ya hayas intentado hablar con un familiar o amigo sobre cómo te sientes, eso puede reducir significativamente los niveles de ansiedad. Expresar lo que sentimos antes, durante y después de una crisis nos ayuda a entender lo que nos ocurre y a prepararnos mejor, porque al final tendremos que pedir ayuda profesional.
Trucos prácticos para reducir la ansiedad
En definitiva, hay que recordar que la ansiedad necesita un entorno propicio para mantenerse. Así, por suerte, podemos dificultar su aparición cuidando de nuestro cuerpo y nuestra mente con:
- Relajación: Respirar lentamente transmite al cuerpo que estamos seguros y tranquilos.
- Rutina: Tener horarios estables, alimentarse bien y mantener orden reduce la incertidumbre.
- Descanso: Dormir bien mejora nuestra capacidad para afrontar el día a día.
- Positividad: Da pequeños placeres como un paseo, un baño relajante o estar con nuestra mascota para generan bienestar.
- Ejercicio suave: El movimiento moderado regula el sistema nervioso y previene la acumulación de tensión.
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