Si alguien que la padece tuviera que explicar qué es la ansiedad con solo una palabra seria: miedo, si tuviera que hacerlo con dos serían: no puedo y con tres: miedo al miedo. Los ámbitos en los que aparecen las crisis de ansiedad son bastante amplios, camino del trabajo, en un cine, solos en casa, en el autobús. Lo único común a todos los que sufren los odiosos ataques es que tienen una zona donde se sientes seguros, el hogar, estar con la pareja, o simplemente tener cerca el fetiche que son los ansiolíticos (eso daría para otra entrada, como es posible que una pastilla que tarda en hacer efecto unos veinte minutos provoque que súbitamente el paciente se recupere nada mas ingerirla). Fuera de ella (la zona protegida) todo es un reto, aparece el miedo al miedo de sufrir un episodio, con sus ahogos, palpitaciones, estado de confusión, etc. La zona de confort no es algo físico ni estático, cambia: “antes me sentía muy cómodo yendo al gimnasio, pero ahora solo con pensar en ir sin me angustia”, normalmente suele estrecharse con el tiempo, reduciéndose a la casa o entornos muy controlados, lo que acaba generando episodios depresivos.

Cambio de Planteamientos

Las personas que padecen la ansiedad, lo perciben de manera mágica como un castigo (qué habré hecho para que me pase esto), y ante esta visión del problema solo queda resignarse. Esa no es la forma adecuada de afrontar la ansiedad, sino la mas cómoda puesto que no hemos de hacer nada, bueno esperar, ya que como llego se ira. Lo cual es algo absurdo, si fuera un daño físico, por ejemplo, ya rotura de un hueso, nadie diría que esperaría a que el hueso se regenerara por si solo, tal y como se rompió, recompondrá. Hay que actuar, cuanto antes mejor y ponerse en manos de un psicoterapeuta.

Lo primero es un cambio de percepción sobre la ansiedad, no ha aparecido de la nada, y no comporta un daño real para nuestro organismo, la gente no muere de un infarto durante un ataque de ansiedad. Es molesto eso si, ya que la misión de la ansiedad es indicarnos que algo no funciona en nuestra vida. Es el piloto del coche que nos indica que algo esta fallando en el motor, ¿es malo eso? Sin duda, aunque suene irónico, es bueno, siempre y cuando hagamos caso a las señales, paremos el coche y busquemos donde esta la avería. Si miramos para otro lado con la idea de ya desaparecerá por si sola, o ya lo mirare cuando tenga mas tiempo, el daño se ira agravando, con lo que ello supone.

Yo soy el centro de todo

Si somos capaces de sin saber como, enmarañarnos en una vida que no nos convence, que nos obliga ha estar haciendo todo el día cosas que no nos llenan, sentir el agobio de la desilusión. También tendríamos que ser capaces de deshacer el ovillo, pero claro eso cuesta más porque hay que enfrentarse a muchas personas, aprender a decir no, aceptar que tenemos limitaciones y los mas importantes buscar ser un egoísta e imponer nuestro deseo.

La posición de rey sol, nos angustiara un poco, normalmente no estamos acostumbrados a hacer lo que queremos, (incumpliendo aquella promesa infantil de: cuando sea mayor haré lo que quiera sin que nadie me mande), de hecho, será un generador de angustia, pero debemos esforzarnos en reorganizar nuestra vida y el entorno para que sea un lugar donde sentirnos cómodos y relajados. Todo se puede compatibilizar. Quizás creamos que tener un jefe tirano no es negociable, pero si puede serlo el impacto que sus comportamientos tienen sobre nosotros, de verdad un jefe seguro de su liderazgo tiene que demostrarlo sometiendo a sus empleados o es mas bien un síntoma de inseguridad.

Herramientas para el viaje

Cuando uno tiene una crisis, reacciona como si viniera de la nada, pero nunca es así, antes hubo pequeños avisos, que uno obvia, señales a las que no hizo caso, por lo que hablamos de un proceso evolutivo. De la misma manera no podemos esperar que desaparezca en seco. Habrá mas crisis, pero ahora tenemos la firme convicción de enfrentarnos a ellas de una manera positiva. Y como se hace eso, lo primero es aceptando que tenemos un problema que no es la ansiedad en si, no son los estornudos lo malo de la gripe, sino el virus. Luego podemos tirar de técnicas psicológicas para suavizar los síntomas mas molestos:

Practique la relajación, sin entrar en muchos detalles, las crisis ansiosas surgen cuando percibimos que nuestro cuerpo se encuentra en tensión (preparado para el ataque o la huida) y nuestros mecanismos mentales se disparatan. Si conseguimos manejar nuestro cuerpo para que se mantenga relajado conseguiremos que a nuestro cerebro no lleguen mensajes de alarma. De hecho, los ansiolíticos son grosso modo relajantes musculares que transmiten un mensaje opuesto a la ansiedad, cansancio.

Envíese mensajes, si pensamos en Rafa Nadal, nos viene a la mente su grito motivador, ¡Vamos! De la misma manera podemos transmitirnos mensajes. Estos pueden ser positivos, yo puedo hacerlo. O bien disruptivos, no tengo porque tener miedo, el miedo no es real. Anticipar el fracaso, lleva al fracaso es lo que en psicología se denomina profecía autocumplida. Muchas veces pensamos en que es mejor no hacer caso a los mensajes que nosotros mismos rumiamos, me va a dar si salgo, no tengo fuerzas para nada, soy un inútil, pero es mucho mejor desactivar esas bombas de relojería que dejamos de lado. Si salgo me va a dar un ataque, ¿y qué? si empiezo a sentir algo, me sentaré un banco, esto no me puede limitar, me voy a demostrar que soy capaz de decidir mi futuro (no lo va a decidir un síntoma).

El síntoma no es el mundo, siguiendo el punto anterior, la ansiedad sin darnos cuenta acaba marcando nuestras pautas diarias, si podemos o no madrugar o trasnochar, salir con los amigos, tener relaciones sexuales, et. ¿Un poco locura no? Pongamos los pies en la tierra, visualice su ansiedad como una persona, si puede recorte una foto en alguna revista y póngale cara a lo que le impide vivir de manera completa. Ahora luche contra, rétela, amplíe los márgenes de su zona de seguridad, ilusiónese con algún proyecto (eso le cabrea mucho). No espere que se quede de brazos cruzados, al principio le propiciara dolores de cabeza, mareos, taquicardias, pero al fina aceptará quien es el que manda.

Póngase en marcha, en definitiva, es el camino para salir de la ansiedad, no espere que desaparezca por si sola, ni que el cariño de los suyos le saque de ella. Tiene que tomar cartas en el asunto de una manera activa. La forma mas evidente de saber que se va por buen camino es que los momentos de calma son mas y mejores, la zona de confort se amplia, el cuerpo vuelve a funcionar (sueño, alimentación, nervios, etc.). No se coma la cabeza con el origen de la ansiedad, vivimos en una sociedad ansiogena, porque se iba a librar de sufrirla. Lo único importante es salir de ella (de la ansiedad no de la sociedad) reforzado, mas maduro y teniendo una vida mas acorde con uno mismo y con sus deseos.

 

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