El peso que el sexo tiene en las relaciones de pareja ha ido variando con el paso del tiempo. En generaciones pasadas u otras culturas se han permitido diversas conductas adulteras que hoy en día son impensables. Y es que el sexo es una variable muy compleja. Si una pareja tiene problemas es más que posible que las relaciones sexuales se reduzcan, pero que desaparezca el sexo en una pareja no es sinónimo de problemas serios, puede deberse simplemente a cambios en la relación o acuerdos tácitos.

Los Medios de Comunicación son los generadores de altas expectativas sobre el papel del sexo en pareja (así como de la convivencia en familia, el éxito y el ocio). Lo cual conlleva a la frustración, ya que el ecosistema de la pareja es muy sensible a alteraciones externas y si las normas de funcionamiento son impuestas desde fuera tendera a bloquearse o romperse. Hay que ser consciente de que con el paso del tiempo las relaciones sexuales perderán esa parte de novedoso (aunque ganarán en complicidad) y se volverán más rutinarias, a veces tendrán hasta que ser programadas con antelación. Además, el interés sexual de cada persona no es siempre igual por lo que habrá fases en los que el ritmo sexual de los miembros de la ira desacompasado, por lo que es necesaria una buena comunicación afectiva para hablar del sexo y entenderse.

.. y entonces apareció la infidelidad

Engañar, como se denomina coloquialmente, implica el incumplir un compromiso. Es ese punto de transgresión el que tanto atrae a las series televisivas como a las personas, esto hace que algo clandestino también este socialmente normalizado y que exista una industria vinculada a ello a la vista de todos, desde aplicaciones para móvil a hoteles especializados. Las causas siguen siendo las mismas volver a vivir esos primeros encuentros de pareja, buscar de nuevas experiencias, romper con la monotonía, la insatisfacción emocional o sexual, la inseguridad o simplemente la venganza, pero ahora es más fácil.

Pero no todas son iguales…

Existen muchos tipos de infidelidad, desde la llamada microinfidelidad donde se realizan diversas conductas de cortejo hacia una persona sin llegar a consumar el acto, pueden ser por redes sociales, o con una persona cercanas o una ex pareja, como un juego de seducción. También pueden ser accidental, sin ser buscada, la situación arrastra a la persona. Esto no libera de la responsabilidad a quien echa esa cana al aire ya que puede esconder algún problema con la pareja. Uno de los mayores problemas es el malestar que genera en quien los comete y la duda de si debe confesarlo. Cuando es algo normalizado podemos hablar de infidelidad como conducta, esto indica que hay algún tipo de problema emocional como la necesidad de reafirmar su sexualidad o autoestima y también un problema con la pareja. De hecho, es posible hablar de Infidelidad de crisis, que aparece en situaciones vitales importantes, ya sea personales, cumplir una edad o de pareja, como el nacimiento de un hijo.

Por último, podemos hablar de la Infidelidad galante o de coqueteo, donde la persona no busca una aventura, si no que su manera de comportarse de una manera seductora le lleva a situaciones infidelidades.

Entonces ¿ya no me quiere?

No todo es tan lineal como podría pensarse en muchos casos la infidelidad sobre incumbe al ámbito de la sexualidad y los miedos personales, pero los vínculos emocionales permanecen intactos con su pareja y no suelen ser totalmente conscientes del daño que generan, ya que la infidelidad es el ataque más feroz a la intimidad de una pareja que daña la confianza, incluso puede generar depresión.

Para el que sufre la infidelidad, existe un punto amargura que debe analizar, tiene que ver con la responsabilidad (o no) que tiene en la situación de pareja, más aun si aun no falta amor. Puede que haya depositado demasiada parte de su felicidad en su pareja, ha propiciado con sus conductas celosas o su desinterés que todo esto pase.  Porque no detecte esas pequeñas señales que ahora son la certeza y que podían ser señales de alarma. Todo queda envuelto en un aura de dolor y duda del que es complicado salir sin ayuda profesional.

 

Consejos tras conocer la Infidelidad

Mantener la calma. Es normal que la cabeza sea una olla exprés, muchos sentimientos, emociones, recuerdos e intuiciones se hacen presentes y no es fácil discernir el camino a seguir. Nuestro cuerpo lleno de estrés nos incitara a la acción, el control es imprescindible para no realizar conductas que luego nos pueden pasar factura y que sin duda no nos devolverán la calma perdida.

Reorganiza en tu mente lo que esta pasando. Esto es aun más complicado, dejar de lado los sentimientos para intentar obtener una visión global es la preparación para esa conversación que nos queda pendiente con la pareja. Una vez todo tenga un cierto sentido, podrás dar el siguiente paso.

Inicia la conversación, es importante tener claro que además del daño que hemos sufrido, el centro de atención es la pareja, es importante saber donde esta ese nosotros que teníamos antes. Aquí el reto es dejar de lado el rencor y la vulnerabilidad que sientes. Evidentemente todos entendemos que no es posible cumplirlo del todo, pero intentemos no perder el control, ni los nervios.

Retoma la conversación. Es muy normal que con el paso de las horas o al día siguiente, frases o ideas chirríen en tu mente es importante que no queden en el aire, vuelve a conversar las veces que sean necesarias hasta que lo temas queden todo lo claro que en estos casos es posible. Siempre controlando en no caer en el bucle de la venganza. Hechas las preguntas adecuadas y oídas las respuestas solo queda tomar una decisión, no tiene que ser inmediata, de hecho, lo recomendable sería crear una separación física y comunicativa para aclarar lo que deseamos. Si nos encontramos ante una montaña o un abismo.

Cierra el ciclo. Es importante que sean las decisiones que sean las que se tomen, se expliquen y se entiendan, siempre de una manera constructiva. De veras que usar estos contactos con fines de castigo y victimización no llevan a nada… bueno.

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