Fibromialgia y Dolor Crónico: Una Realidad que Podemos Entender
A veces, las enfermedades no se ven. La fibromialgia y el dolor crónico son un ejemplo. Afectan a muchas personas, sobre todo mujeres, y nuestro sistema de salud no siempre sabe cómo tratarlas bien.
Casi el 2.5% de los adultos en España sufren dolor crónico. Es más común de lo que pensamos. La fibromialgia suele aparecer en mujeres de mediana edad (nueve mujeres por cada hombre). Es importante saber que los problemas de ánimo no causan la fibromialgia. ¡Es al revés! La enfermedad, al durar tanto, sí puede traer tristeza o ansiedad.
¿Qué Sientes con el Dolor Crónico?
Si tienes fibromialgia, el dolor es solo una parte. También puedes tener:
- Dolores de cabeza.
- Mucho cansancio.
- Sensación de cuerpo dormido.
- Problemas para dormir.
- Ganas de estar triste o nervioso.
Todo esto hace que sea difícil hacer cosas normales. Cosas como pasear, ir a comprar o limpiar la casa se vuelven casi imposibles. Esto genera frustración. A veces, las personas con fibromialgia se sienten incomprendidas.
Socialmente, el dolor crónico te aísla. Puedes perder amigos. En el trabajo, es difícil que te valoren o que te asciendan. Si tomas medicamentos para el dolor, el cansancio puede ser aún mayor. A veces, también te pones más irritable o apático.
¿Por Qué Duele el Dolor Crónico?
La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP) dice que el dolor es una sensación fea. Siempre se relaciona con un daño real o posible en el cuerpo. Se sabe que la fibromialgia tiene algo de genético. Algunos químicos del cerebro, como el Glutamato, la Sustancia P o el Catecol, influyen.
Pero no todo es genética. Las cosas que nos pasan en la vida también influyen mucho. Perder a alguien, un susto grande o una enfermedad grave pueden hacer que el dolor aparezca o sea más fuerte. Estas situaciones suelen ser emocionales. El dolor puede hacer que te aísles y veas todo negativo. Esto a la vez te hará sentir más solo.
La Psicología: Una Gran Ayuda Contra el Dolor
Muchos pacientes dicen: «No estoy loco, mi dolor es real». ¡Y claro que lo es! La psicología no es para decir si estás loco. Es para ayudarte a ver el dolor de otra forma. El dolor es algo personal, que se aprende. Y se puede aprender a manejar.
Los psicólogos te ayudan con:
- Creer en ti: Para que sepas que puedes controlar la enfermedad.
- Pensar de forma más real: Para que el pesimismo o la inactividad no empeoren el dolor.
- Aprender a manejarlo: Estrategias para aceptar el dolor, luchar contra él y retomar tu vida.
Debes entender que el dolor crónico afecta todo: tu cuerpo, tu mente, tus emociones y tus relaciones. Una vez que lo comprendas, podemos usar varias técnicas:
- Relajación: Para que los momentos de dolor fuerte no sean tan duros.
- Cambiar pensamientos negativos: Para que el dolor aparezca menos veces.
- Aprender a controlar el dolor: Con instrucciones y ejercicios.
- Inteligencia emocional: Para resolver problemas de forma positiva.
Consejos Sencillos Para Vivir Mejor
Para sentirte mejor, prueba esto:
- Que el dolor no te pare: No dejes que las emociones negativas (miedo, vergüenza) te dominen.
- Habla de lo que sientes: Te ayudará a bajar el estrés, que aumenta el dolor.
- Organiza tus prioridades: Así evitarás cansarte demasiado.
- Confía en ti y busca apoyo: El apoyo de tu gente cercana es muy poderoso. Te dará bienestar emocional y psicológico para enfrentar el dolor.
Tu dolor no solo te afecta a ti. También a tus seres queridos, que se sienten mal al no saber cómo ayudarte. Esto puede generar problemas en casa. Si ellos entienden lo que pasa y participan en tu recuperación, vuestra relación se hará más fuerte. Es importante buscar tu propio equilibrio, pero también recordar que necesitamos a los demás para salir adelante.
A veces, el dolor te supera. Si sientes que pierdes el control, pide ayuda. Un profesional te enseñará a manejar esas emociones. ¡Escúchate! Tus pensamientos y sentimientos quieren decirte algo. No dejes que el sufrimiento guíe tu vida.
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