Obesidad emocional: causas, consecuencias y soluciones desde la psicología
La obesidad emocional ocurre cuando comemos por emociones, no por hambre real. Es más común de lo que parece. Muchas personas comen para calmar el estrés, la tristeza o la ansiedad. Este tipo de alimentación también se llama alimentación emocional.
¿Qué es la obesidad emocional?
La obesidad emocional se produce cuando usamos la comida para calmar lo que sentimos. No comemos porque el cuerpo lo necesita. Comemos por ansiedad, aburrimiento o frustración.
Este patrón nos lleva a elegir alimentos ricos en azúcar o grasas. Comemos rápido, sin pensar, y luego llega la culpa. Este ciclo puede convertirse en un hábito dañino y difícil de romper.
¿Por qué ocurre?
1. Nos cuesta manejar las emociones
Muchas personas no saben expresar lo que sienten. En lugar de hablar, comen.
La comida se convierte en una vía de escape emocional. Este comportamiento es típico del comer emocional.
2. Repetimos hábitos aprendidos
De pequeños, tal vez nos calmaban con comida. Si eso se repite, lo adoptamos como forma de consuelo. En la vida adulta, mantenemos esos patrones. Así puede surgir el sobrepeso emocional.
3. Sentimos presión social
Vivimos en una sociedad que valora la imagen. Si no encajamos en ciertos estándares, sentimos rechazo o frustración. Esto genera ansiedad. Y esa ansiedad puede activar la alimentación emocional.
¿Qué consecuencias tiene?
La obesidad emocional afecta tanto a la salud física como a la mental. Algunas consecuencias comunes son:
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Aumento de peso
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Problemas de autoestima
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Culpa tras comer en exceso
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Riesgo de enfermedades como diabetes o hipertensión
Además del cuerpo, la mente también sufre. Muchas personas no saben por qué comen tanto. Se sienten fuera de control.
¿Cómo superarla?
La buena noticia es que la obesidad emocional se puede superar. Con ayuda psicológica, es posible romper este ciclo.
Un psicólogo puede ayudarte a:
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Entender qué emociones te llevan a comer
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Evitar el impulso de comer por ansiedad
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Crear hábitos nuevos
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Mejorar tu autoestima y tu relación con la comida
Comer debe ser una forma de cuidar el cuerpo, no de castigar la mente. Superar la alimentación emocional es posible. Todo empieza con conocerte mejor.
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