Las personas no son tóxicas, las relaciones si. Al acercarnos a otra persona, nuestras creencias y formas de enfrentar la vida chocan con las suyas. De esa unión, surgen chispas o tormentas eléctricas. Si de la relación es de carácter romántico, aumentan los riesgos, al esperar más que de otro tipo de relaciones podemos entrar en dinámicas insanas que generan frustración y desilusión.

La palabra clave aquí es la idealización, ya sea positiva o negativa, nuestra cultura se basa en el mito romántico del amor, donde esperamos que la otra persona nos dé eso que nos falta, nos salve y nos cuide. Se nos ha inculcado que vivir en pareja es el destino natural de las personas, por lo que creemos que debemos ceder, tener paciencia y entregarnos, en general, aguantar.

Otro factor importante es el miedo insoportable a la soledad. Desde que nacemos vivimos en grupos: familia, escuela, amigos y compañeros. Sin embargo, en la vida adulta podríamos perder esos vínculos o sentir que ya no nos llenan como antes. Buscamos cubrir ese vacío en relaciones de pareja, lo que genera dependencia emocional, limita nuestra autonomía personal y destruye nuestras posibilidades de ser realmente felices en pos de la fantasía de tengo a alguien. En este contexto, surge una necesidad constante de aprobación, como una adicción, en la que nuestro pensamiento gira en torno al objeto de deseo.

Muchas veces nos sumergimos en patrones repetitivos que aprendimos en la infancia, donde la relación con nuestros padres no fue sencilla, aprendimos que el amor es condicionado, que hay que esforzarse para ser queridos o que podemos ser abandonados sin causa aparente, incluso a ser perfeccionistas. Nuestro inconsciente tiene un sentimiento ambivalente sobre estos traumas, por un lado, los rechaza, pero por otro busca repetirlos en un bucle infinito con la esperanza de: esta vez ganar.

El miedo a la perdida genera una visión de nosotros enferma, aparecen las relaciones de control, como son los celos y las conductas manipuladoras. La agresividad y los comportamientos autoritarios hacen su aparición, estamos entrando en el bucle de una relación toxica.

Mi pareja también es Narcisista

Las personas narcisistas son especialmente vulnerables a generar relaciones toxicas. Detrás de esa imagen de madurez y seguridad suelen esconder una gran inseguridad y una deficiente gestión emocional, hasta el punto de necesitar controlar la situación continuamente.

En toda relación de pareja existe, de manera implícita o explicita, una lucha por el control. Cuando una persona con rasgos narcisistas se cruza con alguien que carece de mecanismos de afrontamiento, tiene dificultad para poner límites o posee un estilo de apego ansioso, se crea un vínculo tóxico que atrapa a la pareja. Es aquí donde se inician las famosas conductas de: ninguneo, engaño y aislamiento. Al aceptar ambs el juego, el lazo toxico se cierra sobre la pareja.

Una persona narcisista en este contexto es aquella que tiene una relación ambivalente con la sociedad, es extremadamente afable y cariñosa, pero esconde una rabia y un dolor inmenso que muestra en momentos inoportunos. Normalmente es aprendido a través de unos padres que los engrandecía para luego destronarlos (por ejemplo, «qué guapo eres, tontito»). Como resultado, desarrollan una personalidad endiosada con pies de barro. Creen que lo merecen todo, pero temen ser descubiertos y perderlo, por lo que simulan tener una gran autoestima.

  • Consejos para identificar creencias prototóxicas:
  • «Es que le quiero»: El corazón no siempre nos indica el mejor camino.
  • «¿Por qué me pasa esto siempre a mí?»: Repetir patrones debería hacernos sospechar.
  • «El amor lo puede todo»: Me temo que no, y podría arrastrarte con él.
  • «Qué vida más triste estar sin pareja»: El miedo no lleva al amor, lleva a la adicción.
  • «En el fondo me quiere»: Quien te hace daño, no te quiere.
  • «El amor tiene espinas»: El amor o es fácil o es imposible. Luchar no es sano.

Ninguna relación debe llenar un vacío en nuestro interior. La pareja perfecta no existe y, si crees haberla encontrado, es posible que estés idealizando el amor. La clave está en construir un vínculo basado en la comunicación, el afecto y las emociones compartidas, sin perder el amor propio.

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