Ansiedad: Entender el Miedo y Superarlo
La ansiedad es un problema que duele mucho y afecta a muchas personas. Si alguien que la padece tuviera que explicar qué es la ansiedad con solo una palabra, diría: «miedo». Si tuviera que usar dos, serían: «no puedo». Y con tres: «miedo al miedo». Las crisis de ansiedad pueden aparecer en cualquier lugar: yendo al trabajo, en el cine, solos en casa o en el autobús. Lo único que tienen en común las personas que sufren estos ataques es que sienten que tienen una «zona segura». Fuera de esa zona segura, todo se vuelve un desafío. Aparece el miedo a sufrir otra crisis, con sus ahogos, palpitaciones o confusión. La ansiedad es un gran desafío que afecta a muchas vidas.
La «zona de confort» no es un lugar fijo. Cambia. Quizás antes te sentías bien yendo al gimnasio, pero ahora solo pensarlo te angustia. Normalmente, esta zona se hace más pequeña con el tiempo. Puede reducirse solo a casa o a lugares muy controlados. Esto, a menudo, lleva a sentir tristeza o depresión, incrementando el problema de la ansiedad.
Cambiar la Forma de Ver la Ansiedad
Las personas que sufren de ansiedad a veces la ven como un castigo, como si hubieran hecho algo malo. Con esta idea, uno se resigna. Pero esa no es la forma correcta de afrontar la ansiedad. Es la más cómoda, porque no hacemos nada, solo esperamos. Pero esto no tiene sentido. Si te rompieras un hueso, no esperarías a que se curara solo, ¿verdad? Hay que actuar, y cuanto antes, mejor. Lo ideal es buscar ayuda de un psicólogo para manejar la ansiedad.
Lo primero es cambiar tu forma de ver la ansiedad. No aparece de la nada. Y no daña tu cuerpo de verdad. La gente no muere de un infarto por un ataque de ansiedad. Sí, es muy molesto. Pero la ansiedad tiene una misión: decirte que algo no va bien en tu vida. Es como el piloto del coche que te avisa de un problema en el motor. ¿Es malo esto? No, aunque parezca raro, es bueno. Pero solo si haces caso a la señal. Debes «parar el coche» y buscar el problema. Si ignoras la señal, pensando que ya se irá sola o que lo mirarás después, el problema de la ansiedad se hará más grande.
Tú Eres el Centro de Tu Vida y Cómo Superar la Ansiedad
Si somos capaces de meternos, sin saber cómo, en una vida que no nos gusta, que nos hace hacer cosas que no nos llenan, y nos llena de frustración. Entonces, también deberíamos ser capaces de deshacer ese lío. Claro, esto cuesta más. Hay que enfrentarse a mucha gente, aprender a decir «no» y aceptar que tenemos límites. Y lo más importante: ser un poco «egoísta» y poner nuestros deseos primero.
Ser el «rey de tu mundo» puede angustiarte un poco al principio. No estamos acostumbrados a hacer solo lo que queremos. De niños prometimos «cuando sea mayor, haré lo que quiera», pero no lo cumplimos. Esto puede generar angustia, pero debemos esforzarnos en organizar nuestra vida para que sea un lugar donde nos sintamos cómodos y tranquilos. Todo se puede combinar. Quizás pienses que no puedes negociar con un jefe difícil. Pero sí puedes cambiar cómo te afectan sus acciones. Un jefe seguro de sí mismo, ¿necesita humillar a sus empleados? O, ¿es eso un signo de su propia inseguridad? Esto también se aplica a la ansiedad.
Herramientas contra la ansiedad
Cuando uno tiene una crisis de ansiedad, parece que viene de la nada. Pero nunca es así. Siempre hubo pequeñas señales que ignoramos. Por eso, hablamos de un proceso. De la misma forma, no podemos esperar que desaparezca de golpe. Habrá más crisis, pero ahora tenemos la firme intención de enfrentarlas de forma positiva. ¿Cómo se hace esto? Primero, aceptando que el problema no es la ansiedad en sí. Los estornudos no son lo malo de la gripe, sino el virus. Luego, podemos usar técnicas psicológicas para aliviar los síntomas molestos de la ansiedad:
- Practica la relajación: Las crisis de ansiedad surgen cuando sentimos que nuestro cuerpo está tenso, listo para luchar o huir. Y nuestra mente se descontrola. Si logramos que nuestro cuerpo se relaje, nuestro cerebro no recibirá mensajes de alarma. De hecho, los ansiolíticos son, en gran medida, relajantes musculares que envían un mensaje contrario a la ansiedad: cansancio.
- Mándate mensajes positivos: Piensa en Rafa Nadal, ¿recuerdas su grito motivador «¡Vamos!»? De la misma forma, podemos enviarnos mensajes a nosotros mismos. Pueden ser positivos: «Yo puedo hacerlo». O mensajes que rompen el miedo: «No tengo por qué tener miedo, el miedo no es real». Pensar que vas a fallar lleva al fracaso, se llama «profecía autocumplida». A veces pensamos que es mejor no hacer caso a esos pensamientos negativos que nos rondan: «me dará si salgo», «no tengo fuerzas para nada», «soy un inútil». Pero es mucho mejor desactivar esas «bombas de relojería». Si pienso «si salgo me va a dar un ataque, ¿y qué? Si empiezo a sentir algo, me sentaré en un banco. Esto no me puede limitar, voy a demostrar que soy capaz de decidir mi futuro (no un síntoma)».
- El síntoma no es el mundo: Sin darnos cuenta, la ansiedad empieza a controlar nuestro día a día. Nos dice si podemos o no madrugar, trasnochar, salir con amigos, tener relaciones sexuales, etc. ¡Es una locura! Seamos realistas. Imagina tu ansiedad como una persona. Si puedes, recorta una foto de una revista y ponle cara a eso que te impide vivir plenamente. Ahora, lucha contra ella, rétala. Amplía los límites de tu zona segura. Ilusiónate con algún proyecto (eso la enfadará mucho). No esperes que la ansiedad se quede de brazos cruzados, al principio te dará dolores de cabeza, mareos, taquicardias. Pero al final, ella aceptará quién manda.
¡Ponte en Marcha!
En resumen, ponerse en marcha es el camino para salir de la ansiedad. No esperes que desaparezca sola, ni que el cariño de los tuyos te saque de ella. Tienes que tomar las riendas de forma activa. La señal más clara de que vas por buen camino es que los momentos de calma son más y mejores. Tu zona de confort se hará más grande. Tu cuerpo volverá a funcionar bien (sueño, alimentación, nervios, etc.). No te compliques la vida buscando el origen exacto de tu ansiedad. Vivimos en una sociedad que genera ansiedad, ¿por qué ibas a librarte de sufrirla? Lo único importante es salir de ella (de la ansiedad, no de la sociedad) reforzado, más maduro y viviendo una vida más acorde contigo mismo y con tus deseos.
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